¿Escribes a diario?

Hace un tiempo decidí retarme a escribir cada día. No fue una inspiración repentina, ni una promesa de Año Nuevo. Simplemente, sentí que debía hacerlo. Me obligué a sentarme frente al teclado, aunque no supiera por dónde empezar. Al principio era eso: Solo sentarme aunque fueran diez minutos.

Nunca lo sentí como una obligación, ya que me gusta escribir y disfruto mucho con ello.

Pero, como ocurre con todo lo que se convierte en rutina, con el tiempo cambió. Aprendí a no obsesionarme si un día no podía escribir. No es falta de compromiso, es la vida misma que tiene compromisos ajenos a tu escritura. A veces no se puede, y está bien. Lo importante es que, si puedo, aunque solo tenga un momento, me siento a escribir.

Y en esa constancia descubrí algo maravilloso: cuando escribo a diario, las ideas fluyen con mucha más facilidad. Los momentos de inspiración ya no son ráfagas pasajeras. Están ahí, siempre presentes, como si firmasen parte de mí. La creatividad ya no depende de la suerte o del estado de ánimo: se convierte en un estado natural.

Esto no es solo una percepción personal. Existen estudios que lo respaldan. La psicóloga y profesora de la Universidad de Texas, James Pennebaker, demostró que la escritura expresiva mejora la salud emocional, reduce el estrés e incluso refuerza el sistema inmunológico. Además, escribir de forma regular favorece la claridad mental y ayuda a organizar pensamientos, lo que mejora nuestra capacidad de resolver problemas y tomar decisiones.

También hay investigaciones, como las del National Institute of Health (NIH), que destacan cómo la escritura habitual activa regiones del cerebro relacionadas con la creatividad y la memoria, fortaleciendo conexiones neuronales.

Por eso sigo escribiendo. Aunque sea poco. Aunque solo sea un párrafo, una frase, una idea suelta. Porque cada palabra suma, y cada día que escribo me conecta un poco más conmigo misma y con lo que quiero contar.

¿Y tú? ¿Tienes algún hábito creativo que te ayude a despertar tu creatividad?